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viernes, 2 de agosto de 2013

Sangre

En su trigésimo cumpleaños, Valentina siente la imperiosa necesidad de beber sangre humana. Esa misma noche es atacada por un asaltante y, sin saber cómo, lo hiere y bebe de él hasta matarlo. A los pocos días del incidente, Axel, un misterioso y atractivo joven, le hace una sorprendente revelación: ambos pertenecen a una estirpe de criaturas similares a los humanos que se alimentan de sangre y son incapaces de amar.
Convertida en una pieza clave de su clan, Valentina se verá inmersa en una violenta lucha interna entre aquellos que desean poder amar al fin y vivir junto a los humanos y los que, como el hermano de Axel, tan solo desean convertirlos en el único ingrediente de su sangrienta dieta.

Mi custodio

Dejadme que me presente, soy un Custodio, un Oculto. Un ser que vive en las sombras desde hace dos mil cincuenta y ocho años. En mi vida solo hay una misión: proteger a los Humanos, aunque los odio con toda esa alma que perdí hace tantos años.
Sin embargo ahora todo ha cambiado. La he descubierto a ella, mi destino; mi luz. La necesito. La quiero. Desde que la percibí por primera vez, mi existencia tiene un objetivo. Pero la busco y me elude… Ya no puedo soportarlo más.
Si pudiera estrecharla entre mis brazos no me importarían las consecuencias ni que castigo me espera. Porque ella... Ella es diferente. Cuando por fin la tenga a mi lado, me dará igual todo lo que ocurra. ¿Podré llegar a alcanzarla?

Oscuridad en llamas.

Un guerrero en la necesidad de una batalla que él puede luchar...
Penn ha lucha durante años para superar una lesión devastadora en su brazo de la espada. Él se ha visto obligado a sentarse en el banquillo y observar como sus amigos pelean y mueren mientras lo único que él puede hacer es observar.
Entonces Devlin le ofrece una misión: una mujer misteriosa llama para advertirles que alguien está amenazando la estabilidad de la barrera cerca de la caldera de Yellowstone, que , que podría destruí ambos mundos.
Penn empaca sus armas y su espada y se dirige a Wyoming para evaluar la situación.
Traída a nuestro mundo cuando solo era un bebé, Jora b'Larth ha pasado toda su vida viviendo con temor de ser descubierta por los enemigos de su pueblo, los Paladines. Pero ahora los riesgos son demasiado altos para preocuparse por su seguridad.
Penn y Jora unes sus fuerzas para hacer frente a un enemigo común.
Para guardar sus mundos, van a arriesgar sus vidas y sus corazones.

El ejecutor

Un Vamlob está aterrorizando la Tierra:
Mi padre había mandado exterminarlos hacía ya muchos siglos por el peligro que entrañaban para los de nuestra especie. Pero ahora, en contra de toda lógica, uno de esos malévolos seres dotado además con poderes extraordinarios, está matando a placer poniendo en serio peligro la existencia de la humanidad.
La desaparecida Hermandad de la luna sangrante eran nuestros expertos en cazar y matar a los Vamlobs. Sin alguno de sus miembros, el mundo tal y como lo conocemos se desvanecerá. Porque sin almas mortales a las que salvar o quemar, el Cielo y el Infierno también estará sentenciado a muerte. Y a pesar de que Vlad Dracul es el único ser que existe en la Tierra que me causa más repugnancia que los Vamlobs, por desgracia tendré que presenciarme en su pútrida guarida, para que me otorgue información. Aunque… no sin un pago.
Necesitamos ayuda, pero, de quién. Quizás alguien de quien jamás creí necesitarla.
¿Esa es mi prueba? ¿La prueba más dura a la que tendré que enfrentarme tras las horribles pérdidas que he padecido en el transcurso de estos tres últimos años?
No. Todavía me queda por pasar otra aún mayor; la de permitir que una nueva era se abra camino, dándole un giro radical a todo en lo que he creído y confiado con anterioridad.
Esa es la pesada carga que debo asumir como el rey del Infierno que soy.
Y ahora… ¿Queréis que os cuente… El final de mi historia?

El retorno

Acatriel había elegido:
Él solito había decidido canjearse por su hijo. Así que, ¿por qué tenía yo que decepcionarle negándole esa petición? A fin de cuentas, él había vivido tres formas de vida, y en las tres, había fracasado estrepitosamente.
Durante siglos fue un demonio blandengue y aburrido. Y en cuanto mi padre lo envió a la Tierra para que impartiera el mal, no se le ocurrió nada más que enamorarse de una patética mortal. Por si fuera poco, en cuanto supo de la existencia de su hermano Yeiayel, no se lo pensó dos veces y se convirtió en un ángel, para que posteriormente Dios le concediera la redención y con ella el derecho a la humanidad.
Con eso, ya tendría más que suficientes motivos para hacerle arder, teniendo en cuenta que estoy eludiendo el levísimo detalle de que me negó. A mí, el gran Beelzebub, rey del Infierno, Señor de las Moscas y Todopoderoso Maligno, que además de ser el absoluto, también soy su hermano menor. ¿Pero qué se puede esperar de un demonio que nunca respetó la maldad porque jamás supo impartirla? Nadie y mucho menos él, tiene derecho a juzgarme porque yo sí tengo lo que hay que tener para llevar a cabo mi liderazgo. ¡Al maldito cielo con Acatriel! A mí nadie me rechaza.
Quien me iba a decir que el tema de si hacía arder o no a mi hermano en las llamas del infierno, iba  a ser poco menos que un insignificante problemilla comparado con todos los que se me venían encima. Como iba yo a pensar que llegaría un día en que conocería a alguien más maligno, y con más afán que yo de aniquilar todo el Universo. Un ente con deseos de usurpar mi trono para poder hacerse con los tres mundos. Alguien que no sabe que conmigo no se juega, porque yo... Siempre gano.
Llegados a este punto todo saldrá a la luz. Incluso mis más escabrosos y tan bien guardados secretos.
¿Queréis que os cuente los detalles? ¿Todos...los detalles?

El aura

Mi padre es Satanás, rey del Infierno, y todopoderoso Maligno. Según él, yo debía subir a la Tierra para demostrarle que era digno de sucederle en el trono cuando decidiera cedérmelo.
¡¡¡Maldita sea!!! Me mandó a una universidad a impartir los siete pecados capitales, y lo primero que hice nada más llegar allí fue… enamorarme de la muchacha de diecisiete años más bonita e inteligente de cualquier mundo y que, dicho sea de paso, tenía una delantera que tiraba de espaldas; los senos más increíbles que cualquier demonio pueda desear. ¿Cómo iba a conseguir salir del lío en el que me había metido? Si además, para acabar de rematar, tenía en calidad de niñera a mi hermano Beelzebub, el ser más vicioso, vulgar, maléfico y destructivo que existía en el escalafón demoníaco, mi vida a partir de ese momento ya no sería un infierno, qué va; sería… como estar en el maldito Cielo.